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Acerca de mi propia experiencia en Lobras

, Rafael Aragón

Mi experiencia comenzó por la invitación de una querida amiga, que en su coche nos llevó a mí y a un chico argentino, el cual conocí ese mismo día. Inti, que así se llama el chico, venía de mochilero recorriendo algunos lugares de España tras haber disfrutado de una beca en Francia, y antes de volver a su país quería conocer algo de España. Al igual que yo, él no conocía nada de la Alpujarra y mucho menos de Lobras, un pueblecito escondido entre la inmensidad de las montañas en Granada.

Tras muchas curvas para subir desde Granada por las Alpujarras hasta Lobras, he de decir que las curvas que pueden generar agotamiento son compensadas con unas excelentes vistas que de otra manera no podríamos disfrutar (en Granada pasa así con todo lo bello, hay que realizar un pequeño esfuerzo para obtener una gran recompensa que desborda nuestros sentidos). finalmente llegamos al pueblecito que contenía un encanto peculiar, nada más bajarme del coche pude disfrutar de su aire puro y la tranquilidad que aporta la naturaleza, te das cuenta de como supone un gran cambio con respecto a la ciudad, esto es otro mundo en el que te hallas inmerso. Lo primero que hicimos al llegar fue visitar el centro cultural, en el cual se estaba realizando una actividad de cómo hacer tus propios jabones de seda. Las personas de dicha actividad eran todos de allí y nos recibieron con gran cariño, acogiéndonos y atendiendo a todas nuestras preguntas e interés por aprender. Nos enseñaron cómo cuidaban a los gusanos de seda y extraían los capullos para la elaboración del jabón, un proceso no muy complicado, en el que hay que seguir una serie de pasos para llegar a obtener el producto final, un jabón casero excepcional con muy buenas propiedades para la piel.

 

Tras esta experiencia llegamos a la casa, con un recibidor con mucho encanto, lleno de vida, de flores y colores y una gran diversidad de olores de plantas aromáticas. Subimos a donde íbamos a pasar la noche, dejamos nuestras cosas y, de inmediato, nos pusimos a explorar el terreno, que mejor lugar que el propio huerto, una buena ocasión para disfrutar de un almuerzo recogiendo tú mismo los frutos con los que te deleitan los árboles. La frescura de las naranjas, las cerezas, moras, peras, uva y las brevas o higos, son muchas de las delicias con las que podemos disfrutar en este entorno campestre.

El día transcurrió entre buena comida, descanso, conocer la amabilidad de la personas que se encuentran viviendo allí, y un paseo por la tarde lleno de paz. Hacer una ruta de montaña entre aquellos parajes es sacarle provecho a la naturaleza, reencontrarse con el propio estado natural y entrar en armonía, liberándose de tecnologías, preocupaciones y pensamientos que nos mantienen siempre ocupados, distraídos de la vida.

Al llegar la noche me encontraba en estado de calma, con una sensación de haber disfrutado de todo lo que me rodea, el sueño llegó pronto y la noche fue estupenda. Al levantarme me sentí con energía gracias a un buen sueño reparador. Considero, además, que es un lujo poder levantarse con el canto de los pájaros y respirar el aire puro de la montaña mientras desayunas.

Estos son los placeres, que un pueblecito de las Alpujarras como Lobras, ofrece a sus visitantes. Vivir esta experiencia para mí supuso desconectar de mi modo de vida habitual de: ir al trabajo, levantarse con prisas, comer con prisas, hacer poco ejercicio y estar todo el día sentado delante de un ordenador. Vivir unos días de desconexión es algo para agradecer; conseguir la tranquilidad para cargar las pilas, atenderte, reflexionar y asimilar mejor las vivencias; son momentos que debemos de regalarnos por nuestro bienestar y calidad de vida. 

Categorías: Gastronomía | La Alpujarra | Turismo Slow

Comentarios

  • antonio - 12/02/2015 - 01:00 h.

    Lo pasaste bien INTI, te llevaste los recuerdos, las emociones y las sensaciones de la Alpujarra para tu tierra Argentina. Un placer para los que en algun momento emigraron de esta tierra alpujarreña a la tuya, y que algunas veces vuelven a recuperar los recuerdos y los sueños de sus padres y abuelos. En nuestro blog alpujrreños por el mundo nos los encontramos.

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